
Efrain Cristancho Mendoza
Cuenta la leyenda… que viajando en la capsula del tiempo y el espacio con una maravilla se ha de encontrar casas coloniales de tierra pisada y bareque perfectamente enmarcando una gran plaza totalmente reverdecida y coronada por un gigantesco árbol centenario que tres hombres se necesitan para su tronco abrazar.
En este paraíso alejado del mundanal ruido creció un ingenioso y apuesto joven quien desde los brazos de su madre experimento el abandono.
Venido del Socorro y criado con las más estrictas reglas del honor, honestidad y respeto formo su carácter el cual por siempre lo acompaño.
Aun en el imaginario esta la silueta de aquel joven con sus pantalones cortos columpiándose en las ramas del orejo o haciendo corrillo con sus amigos de la época bajo las sombras del legendario árbol.
Como todos los hijos de hogares cristianos del poblado fungió como Acólito en el templo, portando el cirial o acercando las vinajeras al altar en la celebración.
Pronto su pasión por los números y la exactitud del grupo de jóvenes se destacó y hasta el cura del pueblo lo empezó a inducir no solo en las lides de la contabilidad sino en el liderazgo municipal.
Cursos, seminarios e institutos en diferentes partes del país conocieron su gran vocación y forjaron su destino
En su pueblo grandes empresas conformo y a algunos amigos ayudo a dirigir y así su destino en poco tiempo lo llevaría a la gran capital.
Nuevos rumbos la vida le deparo, con gran éxito a la embajada llego y allí por muchos años la entidad financiera dirigió.
Algún día a su tierra quiso regresar, en el gremio del trasporte Berlinas del Fonce gerenció y su gran amigo de infancia en Coopcentral con su sapiencia lo requirió.
Grandes aportes en esta entidad logro desarrollar, transparencia, integridad y rectitud consiguió instaurar y todos los que de su labor pudieron conocer como leal, honesto e incorruptible lo pueden describir.
Sin embargo esto no fue suficiente, la envidia y codicia de algunos, presiones y cambios deshonestos quisieron hacer, tanta afrenta su ser no pudo soportar y por eso la fatal decisión a su vida un disparo puso fin.
Aunque no compartamos sangre un apellido, un padre adoptivo y un gran cariño con Efraín Cristancho eternamente nos unirá.
Wijzeuil
Martha L Cristancho M, thanks a lot for the article post.Much thanks again. Fantastic.